Cuando dices «gracias», ¿realmente lo dices en serio o es solo cortesía a lo que le prestas poca atención? Los neurocientíficos han descubierto que si realmente lo sientes cuando lo dices, serás más feliz y saludable. La práctica regular de expresar gratitud no es una moda de la Nueva Era; Es una faceta de la condición humana que cosecha verdaderos beneficios para aquellos que lo dicen en serio.
Los psicólogos Dr. Robert Emmons de la Universidad de California en Davis y el Dr. Michael McCullough de la Universidad de Miami publicaron un estudio en 2015 que analizó los resultados físicos de practicar la gratitud. Se pidió a un tercio de los sujetos en el estudio que mantuvieran un diario de las cosas que sucedieron durante la semana por las cuales estaban agradecidos. Se pidió a otro tercio que anotara las irritaciones diarias o los eventos que los habían disgustado. Se le pidió al último tercio del grupo que escribiera situaciones y eventos diarios sin énfasis en el apego emocional positivo o negativo. Al final del estudio de 10 semanas, se le pidió a cada grupo que registrara cómo se sentían física y generalmente sobre la vida.
El grupo de gratitud informó sentirse más optimista y positivo acerca de sus vidas que los otros grupos. Además, el grupo de gratitud fue más activo físicamente e informó menos visitas a un médico que aquellos que escribieron solo sobre sus experiencias negativas. (1)
Mejor salud física
Otra investigación sobre los efectos físicos de la gratitud informa resultados aún más tangibles. Centrarse en lo positivo y sentirse agradecido puede mejorar la calidad de su sueño y reducir los sentimientos de ansiedad y depresión. (2) Además, los niveles de gratitud se correlacionan con mejores estados de ánimo y menos fatiga e inflamación, lo que reduce el riesgo de insuficiencia cardíaca, incluso para aquellos que son susceptibles. (3)
La gratitud y tu cerebro
Las razones por las cuales la gratitud es tan impactante para la salud y el bienestar comienzan en el cerebro. En un experimento neurológico realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, la actividad cerebral se midió mediante imágenes de resonancia magnética, ya que los sujetos fueron inducidos a sentir gratitud al recibir regalos. Las áreas del cerebro que mostraron una mayor actividad fueron la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal medial, aquellas asociadas con la cognición moral y social, la recompensa, la empatía y el juicio de valor. Esto llevó a la conclusión de que la emoción de la gratitud apoya una actitud positiva y de apoyo hacia los demás y un sentimiento de alivio de los estresores. (4)
La gratitud también activa el hipotálamo, con efectos posteriores sobre el metabolismo, el estrés y diversos comportamientos. (5) El hipotálamo se encuentra en la base del cerebro y regula las hormonas responsables de muchas funciones críticas, como la temperatura corporal, las respuestas emocionales y las funciones de supervivencia como el apetito y el sueño. Uno de los neuroquímicos asociados con las partes del cerebro afectadas por la gratitud es la dopamina, una hormona del placer.
La influencia positiva de la gratitud en la salud mental continúa más allá de un evento particular si se revive la emoción
«… una simple intervención de escritura de gratitud se asoció con una sensibilidad neuronal significativamente mayor y duradera a la gratitud: los sujetos que participaron en la escritura de cartas de gratitud mostraron aumentos de comportamiento en la gratitud y una modulación neural significativamente mayor por gratitud en la corteza prefrontal medial tres meses después». (6)
De hecho, este efecto duradero es psicológicamente protector. En los adolescentes, los sentimientos de gratitud han mostrado una correlación inversa con la victimización por bullying y el riesgo de suicidio. (7) La gratitud afecta la función cerebral a nivel químico y su práctica promueve sentimientos de autoestima y compasión por los demás.
Podemos percibir y experimentar la gratitud y sus muchas características en un espectro muy amplio. (8) La apertura y la voluntad de experimentar gratitud afecta no solo al individuo sino a sus relaciones interpersonales; Una tensión común en las relaciones es causada por la retroalimentación negativa repetida de uno o ambos socios sin agradecer la gratitud. (9)
3 pasos para ser más agradecido
En tiempos de dificultades o estrés, puede parecer difícil estar agradecido. Pero si realmente lo piensas, todos tenemos algo por lo que estar agradecidos. Si participa en una sola oración, que sea simplemente un sincero «gracias». Aquí hay tres maneras fáciles de ponerse en la atención plena de la gratitud.
Mantenga un diario de las cosas por las que está agradecido: enumere al menos tres. Los mejores momentos para escribir en su diario son en la mañana cuando comienza su día o en la noche antes de dormir.
Asegúrate de decirle a las personas en tu vida lo que aprecias diariamente.
Cuando te mires al espejo, tómate un momento para pensar en una cualidad que te gusta de ti o algo que hayas logrado recientemente.
A través del poder de la gratitud, puedes conectar tu cerebro para ser optimista y compasivo, haciéndote sentir bien. Cuanto más miras, más puedes encontrar para estar agradecido. Esta positividad puede extenderse a los que te rodean, creando un ciclo virtuoso. (10) Como siempre he compartido en mis conferencias, consultas presenciales o a distancia; Si cambias tu, cambia tu mundo (tu entorno).